Son muchos los usuarios que todavía hoy se preguntan por qué es tan grande Xbox One, una cuestión a la que podíamos dar algunas respuestas tirando de intuición y sentido común, pero que hoy ha sido definitivamente aclarada por Carl Ledbetter, responsable de su diseño.
Según Ledbetter cuando crearon Xbox One se enfrentaron a numerosos problemas, entre los que destaca el tema de la disipación interna de cada componente y, especialmente, el SoC, que como sabemos integra CPU, GPU y los 32 MB de memoria eSRAM.
Para enfrentar dichos problemas con garantías en Microsoft decidieron hacer la consola más voluminosa, ya que con ello aseguraban la ausencia total de problemas de disipación y garantizaban el buen funcionamiento de la Xbox One en casi cualquier situación.
Imagino que con esto el gigante de Redmond habría querido evitar el más mínimo problema de sobrecalentamiento en su consola de nueva generación, algo sí ocurrió con las Xbox 360 de primera hornada y que yo mismo tuve la mala suerte de vivir.
La intención es buena, y lo cierto es que gracias precisamente a ese diseño más “voluminoso” Xbox One parece ser bastante más resistente que PS4, aunque como contrapartida es más grande y visualmente menos llamativa.
Más información ⇒ WCCTech.
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