Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) busca que se analicen los posibles efectos tóxicos de nanomateriales que se fabrican y liberan a escala industrial, y que pueden “ingresar” de manera sencilla al organismo humano, y en general al medio ambiente.
Es por ello que han realizado un estudio preliminar y dan a conocer que dos materiales (óxido de Bismuto-Plomo-Estroncio-Calcio y Cobre; y el óxido de hierro con estructura polimórfica hematita y maghemita) a escala nanométrica y preparados en laboratorio son tóxicos.
El bioensayo que fue realizado por especialistas del Instituto de Investigaciones en Materiales (IMM) de la UNAM mostró que en la Artemia salina, una especie de crustáceo branquiópodo, se presenta toxicidad (una vez que han ingerido estas sustancias).
Al respecto, la doctora Elizabeth Chavira Martínez dijo “analizamos esta especie porque viven en el agua y nosotros siempre desechamos las sustancias en el agua. Cambiamos las concentraciones del material y se monitoreó la toxicidad”.
En el laboratorio del IIM, 11 materiales fueron diseñados a nivel nanométrico y en diferentes concentraciones se le dieron a los crustáceos, porque es una larva que se usa en pruebas alternativas para determinar la toxicidad de productos químicos y naturales.
Después de la Artemia salina los investigadores de la UNAM que han trabajado de manera conjunta con especialistas en toxicidad del Instituto Mexicano del Petróleo, analizarían los materiales que se desarrollen en los laboratorios de las doctoras Chavira Martínez y Patricia Santiago del Instituto de Física de la UNAM.
Se probarán en un set de bioensayos de diferentes respuestas toxicológicas (bacterias, microalgas, nematodos, crustáceos y vegetales), para obtener la caracterización de efectos a diversos niveles de organización biológica y relacionar las respuestas con las diferentes propiedades de los materiales.
Las pruebas de los nano-materiales se llevarán a cabo Vibrio fischeri, Salmonella tiphymurium, el crustáceo Daphnia magna, el anfípodo Hyalella azteca, el nemátodo Panagrellus redivivus, la microalga Pseudokirchneniella subcapitata y los vegetales Latuca sativa -lechuga-, Pisum sativum -chícharo- y Medicago sativa -alfalfa-, previamente cultivadas.
El equipo de investigadores del IIM planteó este trabajo porque los nanomateriales se fabrican y liberan a escala industrial. Estos nanomateriales novedosos en las industrias electrónicas, biofarmacia, medicina, mecánica, robótica y cosmética pudieran “ingresar” de manera sencilla al organismo humano, y en general al medio ambiente.
En la mayoría de los nuevos materiales derivados de procesos de ingeniería, no se conoce la respuesta biológica que pueden inducir ante la exposición de organismos susceptibles a éstos, ni se cuenta con información suficiente sobre las interacciones que pueden tener con otros compuestos químicos, contaminantes o con nano-materiales que se encuentran en los ecosistemas, como la cenizas volantes, residuos sólidos provenientes de la combustión de materiales.
La doctora Chavira Martínez indica que el estudio contribuirá a conocer los posibles efectos causados por la exposición de materiales nanométricos.
El grupo de investigación es pionero en el país en el estudio de ecotoxicidad de nanomateriales. “Empezamos con Artemia salina porque es un invertebrado acuático que desempeña un papel importante en la transferencia del alimento o el flujo de energía dentro de las cadenas tróficas de los ecosistemas. Vemos la ecotoxicidad de los nanomateriales fabricados en laboratorio con la característica que sean nanométricas”. (Agencia ID)
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